Se me hicieron pequeñas las manos y cortos los dedos para dormir junto a ella.
Me deslizaba entre pliegues de suspiros y recuerdos de labialrs.
Me subía a tacones de sonrisas y bajaba a ombligos de miradas.
Me perdía y me encontraba y en esta loca danza siempre la hallaba.
Me quedaba con dedos chicos y manos grandes para poder abarcarla... y era feliz si ella me miraba.
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